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El Trío Ravel está formado por tres grandes intérpretes: la violinista Dobrochna Banaszkiewicz, la violonchelista Suzana Stefanović y el pianista Héctor J. Sánchez. En la primera parte, el Trío en Re menor, op.120 de Fauré y el Trío con piano n.º 3 de Greco; en la segunda, el monumental Trío n.º 2 en Mi bemol mayor, D.929 de Schubert. Un emparedado musical hecho con sendas rebanadas de Fauré y Schubert, dos compositores consagrados, y relleno de un jugosísimo Greco, de quien se estrenó una obra, a la altura de las circunstancias. 

[Su] El milésimo segundo cuento de Scherezade recoge influencias de muchos lugares distintos: desde la música romántica de Brahms, pasando por la música de danza —en su juventud, Greco fue bailarín— hasta llegar a la música americana, incluido el rock n’ roll. Si bien es una obra moderna, con un leguaje del siglo XXI, encaja perfectamente en el programa. De hecho, hay un hilo conductor entre las tres obras: Schubert compuso su trío casi cien años antes de que Fauré compusiera el suyo, y Greco ha escrito el suyo casi cien años después del de Fauré. Las tres obras rozan esa idea de que algo está a punto de acabar, en ellas está presente la consciencia de la muerte. Tanto Fauré como Schubert compusieron estos tríos muy poco antes de fallecer, Greco compuso el Trío para piano n.º 3 en 2020, en plena pandemia.  El trío comienza con unos acordes percutivos del piano sobre trinos en crescendo y diminuendo del violín y el violonchelo, avanzando lo que será el resto de la obra en la que se combinan distintas sonoridades de los instrumentos de cuerda: trémolos, cuerdas pellizcadas, sordinas, ligados con glissando… La parte central del trío es también muy lírica, sobre todo una melodía que lleva el violonchelo. Es una obra que requiere gran precisión por parte de los intérpretes y el Trío Ravel elevó la obra de Greco al altar de los elegidos. -Scherzo, 28 IV 2024

‘[El Trío Musicalis] nos presenta un trabajo que integra algunos de los más reconocidos compositores españoles del siglo XX y XXI: Hèctor Parra, Jesús Torres, José Luis Greco, Ramón Paus y José María Sánchez-Verdú.

En Big fun, de Greco, podemos apreciar su influencia norteamericana desde el principio de la obra con ese swinging inicial marcado con un claro ostinato. La fusión de todos los sonidos empasta fantásticamente y, junto con la adaptabilidad del Trío Musicalis a cualquier estilo, hace que la obra cobre una interpretación especial.’ -Melómano, noviembre 2023

‘Y los resultados son excepcionales y en estilos muy variados. Desde serialismo actualizado…a desarrollos más personales e instrospectivos influidos incluso por el jazz con [Big Fun, la obra de] José Luis Greco. Magnífica obra.’ –docenotas.com, julio 2023

‘El Centro Federico García Lorca acogió un concierto basado en la obra para violonchelo del compositor José Luis Greco, entre otras, un estreno mundial dedicado al intérprete principal, Alberto Martos. … Symbolica es una obra con vitalidad, en la que el compositor explota los recursos tímbricos del violonchelo, siendo muy exigente para el solista. En Woman at a Window…los diálogos entre violín y violonchelo nos ofrecen momentos melódicos perfectamente entrelazados con disonancias, pasajes de gran riqueza rítmica y momentos llenos de complejidad técnica traducidos en una música de gran interés.

            One Fell Swoop fue la pieza de estreno. Dedicada a Alberto Martos, se trata de una obra para violonchelo solo que exige un gran virtuosismo y capacidad técnica al intérprete. Música llena de fuerza, muy rítmica, de gran riqueza tímbrica e incluso a nivel de textura, obliga al solista a unas digitaciones complicadísimas, optimizando las posibilidades sonoras del chelo. Hay momentos casi guitarrísticos, una amplia variedad de registros sonoros, pero todo ello de forma útil, nunca buscando un virtuosismo gratuito sino un eficaz resultado musical. Mi sincera felicitación tanto al compositor como al dedicatario y acertadísimo intérprete.

            El concierto se cerró con A tientas, dúo para chelo y piano…de nuevo con pasajes muy exigentes, nos ofrece momentos muy expresivos.’ -Ideal de Granada, 14 mayo 2023

‘Para terminar…el estreno, obra encargo de la Orquesta y Coro Nacionales de España a José Luis Greco: Anthropology 101. … una poderosa sección intermedia y final, y atractivos contrastes, dinámicos y tímbricos, así como una mayor paleta de recursos de todo tipo en liza que abocaron a un remate en punta de rítmica arrebatadora.’       -Ritmo.es, 2022

‘Por su parte, el Offertorium de José Luis Greco muestra el profundo oficio de este compositor siempre independiente.’ –Scherzo, 2021

‘…profundidad y conmoción que permanecen después de que los músicos callen y el soñador despierte…’ -American Record Guide, 2017

‘Profeta en su tierra’ -Diverdi, 2010

‘Despojando la música tonal de toda superficialidad, la música de José Luis Greco amplía y explota de forma brillante las posibilidades instrumentales…’ -Gramophone, 2009

‘…soberbia sin necesidad de explicación alguna dada la comprensión de su factura, penetrante, pictórica, ejemplarmente sentimental…’ -El Punto de la Artes, 2007

‘…José Luis Greco derrama libertad por los cuatro costados…’ -Scherzo, 2003

‘Este magnífico autor compone música viva que conmueve al público.’ -La Razón, 2003

‘…la música… a cargo de José Luis Greco, es sencillamente perfecta…’ -ABC, 1996

‘Entre el público se encontraba el compositor José Luis Greco (1953) que asistió al estreno [madrileño] de su obra Study in Stride, encargo del CNDM. Judith Jáuregui nos explicó que ha interpretado otras obras suyas  y que en esta podemos oír reminiscencias del jazz y del rock que se funden con las complejas sonoridades del siglo XXI. Un estilo diferente pero que también nos deja entrever las mismas tácticas pianísticas de un Ligeti o un Beethoven: difíciles, complejas, inteligentes, bellas. No para cualquier pianista pero sí a la medida de Judith Jáuregi. 

Por fin autor y la intérprete juntos en el escenario, ovaciones sin fin que no arrancan una propina de Jáuregui, asegurando así la obra de José Luis Greco como brillante broche final y como un sincero homenaje a la figura de los compositores [Ligeti y Beethoven] que conformaron el programa del magnífico concierto.’

-ritmo.es febrero 2020

‘La última obra parece un postre, si un postre de siete movimientos fuera la intención. … Su Sweet as Candy: Seven Flavors for Guitar es una conclusión deliciosa al recital. Los títulos de los movimientos – ’Mystery, Fire, Ocean, Hillbilly, Flight, Thriller’, y ‘Home, at last’ – resumen el viaje. El penúltimo movimiento es intenso y en una mente más convencional sería el final. Pero Greco añade otro movimiento como final, el más largo de todos – constantemente tranquilo, sutil, pero de intensidad oculta. La conclusión es mucho más satisfactorio, y menos previsible.’

-American Record Guide, mayo/junio 2018, reseña del CD de guitarrista Adam Levin

‘Sobre todo fue un descubrimiento la partitura de José Luis Greco [Study in Stride], con un virtuosismo de intérprete de jazz, arrebatador, y una fuerza rítmica apabullante; y es que Greco -muy ligado al mundo de la danza- llena su música del ambiente hillyboodiense de Gershwin, que, sobre todo, invita a bailar. Ciertamente es una partitura de una exigencia extrema muy bien solucionada por la pianista vasca [Judith Jáuregui].’

-Noticias de Navarra, diciembre 2017    

‘Nacido en Nueva York, José Luis Greco, que vive ahora en Madrid, disfruta de la compañía de músicos de primera categoría  de Ámsterdam, Praga, Zaragoza, España, en cuatro grabaciones primicias.

El momento culminante del CD es la delirante y surreal Swallow, compuesta en 1992 para pares de oboes, clarinetes, fagots y trompas, más piano, e interpretada con estilo embriagador por el Netherlands Wind Ensemble, en directo en el Concertebouw de Ámsterdam… Inspirada por el estallido diario matutino d los ‘escuadrones de golondrinas’ por encima de su ático cuando vivía en Ámsterdam al borde de un canal. Greco lanza una caja de herramientas a su aviario musical, desde latidos profundos hasta los más audaces y desenfadados tresillos en la madera.

La sumamente entretenida Off with its Head!, uno de los más de 40 encargos de Harpsichord Unlimited para Elaine Comparone y The Queen’s Chamber Band – madera, percusión, cuerda y clavecín – fue grabada en su estreno por el Grupo Enigma de Zaragoza. Con su energía retro-urbana provocadora – imagínense los Sharks y los Jets (West Side Story) – suena como música para un dibujos animados aún no creados.

Geografías del silencio, que da su nombre al CD, es una respuesta épica pero íntima a los largos viajes marítimos del ilustre navegador italiano Alessandro Malaspina, en la forma de un concierto de piano Romántico de 25 minutos, virtuosismo brillante de cabo a rabo. La única grabación de estudio del CD es In Passing, que plantea oboe/corno inglés, violín, violonchelo y piano como una formación de cámara muy adictiva, y da prueba de ello escribiendo música en la que cada instrumento se luce, a solas o en combinaciones deslumbrantes.’

-Gramophone, febrero 2017

‘Las tres obras para piano y conjunto instrumental – Geografías del silencio, In Passing y Swallow – son paisajes soñados, a veces como pesadillas, fragmentados, y elusivos, rebosantes de angustia, tensión, y profundidad y conmoción transitorias que permanecen después de que los músicos callen y el soñador despierte – y, como los sueños, es difícil recordar detalles incluso pasados sólo unos minutos.

José Luis Greco nació en 1953 en Nueva York pero de padres españoles – por eso le ha incluido Naxos en su serie “American Classics, aunque solo la última obra, Off with its Head!, tiene un aire americano. Mucha de la música evoca una influencia francesa, pianismo heredado de Debussy y Messiaen, algunas referencias fugaces al jazz, y el uso del canto de los pájaros en el piano y vientos de madera. Greco favorece los sonidos de la madera y percusión, y a menudo trata la cuerda como instrumentos de viento, con trinos y sonidos guturales. Greco es pianista y escribe para su instrumento con un fulgor centellante que a veces me recuerda el estilo knuckle-busting de Nikolai Kapustin. Cualquier búsqueda de estructuras clásicas convencionales será inútil – el oyente es llevado a lo alto por un fluido corriente de consciencia que abarca escenas alucinantes. La última obra con el título Off with its head!, es un guiño a los dibujos animados de Warner y series televisivas en blanco y negro de la época, todo con un ritmo jazzístico y elástico,  y en el que predomina la percusión… 

Las grabaciones abarcan desde 1992 a 2011 y se realizaron en una iglesia, un estudio, el Concertebouw, y el Auditorio de Zaragoza en España – pero la calidad de sonido es notablemente homogénea. El público de Swallow es algo flemático, pero silencioso en general. En algunos momentos la orquesta en Geografías es desigual, pero las demás interpretaciones son impecables.

Sería fácil pasar por alto este CD, pero se perderían unos sonidos hermosos y extraños, y un pianismo visceral y electrizante.’

-American Record Guide, March 2017

‘Geografías del silencio refleja aquel viejo anhelo de los compositores por cartografiar o rozar el silencio, búsqueda acaso sin esperanza a pesar de las evocaciones de las últimas hojas caídas, de los ‘Pas sur la neige’, de trineos envueltos en trinos y ‘tirate’. Desesperación de Bach y Schnittke participando a veces (12:24) en la expedición (y su fracaso) saludada por las aves marinas (19:16) que acompañan al navegante hacia los meandros más exhaustos en cuyo movimiento latente yace, finalmente, el silencio. In Passing: el piano (el compositor) intentando escapar del alquitrán de las calles vacías para alcanzar el mar y surfear sul ponticello con violín y violonchelo. Lentas oleadas del moto perpetuo, música amarrada, baile fijo de barcos pasivos en las dársenas al compás de la resaca. Del intento de marcha jazzy o kabaretera, surgen (07:20) pájaros tristes de Ravel o Nighthawks de Hopper, lamentándose (09:24). Indian summer o Veranillo (15:12), pues todo es filtrado en esta obra maestra donde flotan ecos de la queja yiddish (16:24), queja que no necesita recuerdos, queja que no cesa y todo lo borra. Swallow, música jonda con turbulento preludio antes de la copla de la separación, copla dulce, melancólica y ya solitaria, que retrasa, mientras dura, el fatal desenlace. Nocturno (7:55) acompasado por el piano-campana tocando por agonía, piano-péndulo marcando las horas para el cante conmocionado luego melodía casi gaya (12:24). No se trata de tristeza o de alegría (13:45) sino de ir y venir fielmente como las aves de temporada. Off with its Head! repite la Reina de los corazones en Alicia que, junto con recuerdos de dibujos animados (Stalling, Scott, 00:28), tantas obras inspira(ro)n al compositor en pos de lo que podría perderse con demasiada prisa, de lo que se mantiene en vida sobre el stuff of dreams…

-Revista Scherzo, marzo 2017

‘Hay que admitir todo lo que afirma José Luis Greco cuando declara, acerca de su música “…Debo confesar también que nunca estoy del todo seguro cual es mi intención cuando compongo una obra. Normalmente, después de haber comenzado con una vaga imagen sonora como principio de la obra, y una vez plasmado esto, es la música misma que parece imponer cuáles son sus intenciones, qué es lo que quiere decir, de un compás al siguiente, de pasaje a pasaje, armonía a armonía…”. Nacido en Nueva York, pero de evidente origen español, Greco ha demostrado lo que significa una amplia preparación en el campo del jazz, uno de sus primeros amores, estudiando conjuntamente con John Lewis del Modern Jazz Quartet, pero también la ayuda formativa en la composición ha venido de personalidades fuertes como Mario Davidovsky , Jack Beeson y Chou Wen-Chung. La música se somete a planteamientos pero impone también ciertamente una caracterización propia. Las cuatro piezas que componen la antología para Naxos recientemente publicada, llegan en un momento en el que se está revalorizando su escritura, con incisos que ocupan todos los sectores tradicionales de la música clásica: la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria ha hecho posible la grabación en soporte informático del concierto para violín (Mariana Todorova) y de una serie de composiciones dotadas de un espléndido e imaginativo perfume orquestal, El Fatum String Trio y el Mondriaan Quartet han ilustrado la parte de cámara, la participación en un proyecto de danza lo han hecho cruzar patrones modernos musicales entre percusiones y «beats» de la última era «dance» (Voodoo in New York).

Geografías del silencio es de lo mejor de Greco. Desde el momento en que se está con su música, es posible discernir aquel proceso vital que sigue la composición con todos sus marcadores e influencias. Olvídense del silencio de Cage (el absoluto) o del de Feldman (el lujurioso que hace flotar en la gravedad) y piensen en una mera chispa de inspiración que por silencio entiende zonas de composición de sombras con un propósito verdaderamente melódico, rítmico y con una verdadera dimensión dinámica que son al mismo tiempo preludios de expansión creativa.

Causa muchísimo placer encontrar a un compositor que, además de revisar el pasado, lo hace de manera autónoma y genuina, lanzando solo huellas del recuerdo de las invenciones del pianismo romántico y de los primeros grandes pianistas empeñados por la novedad de las escalas del jazz, en medio de rastros posteriores de las orquestas divididas entre Wagner, Holst y Stravinsky. Un ecléctico e indescifrable post-moderno que no suena a nadie, porque Greco tiene la capacidad de desviarse continuamente de los planteamientos retóricos, trata en todo momento de huir de las perspectivas peligrosas de la música del pasado, para imponer «su» ángulo, que es la perspectiva de la buena música, comprobada sobre el terreno, de prescindir de adhesiones hipotéticas de principio a materias contemporáneas, o más aun, a un futurismo musical de difícil identificación. La manejabilidad del uso del piano (un Duncan Gifford al piano en plena simbiosis con la partitura) y la eficiente organización instrumental (desde la Czech National Symphony Orchestra al Netherlands Wind Ensemble), son las armas determinantes para esta profusión de ideas que se descubren en las bellísimas aventuras sonoras de Swallow, infectada por los subliminales cruces migratorios de los pájaros, o de In Passing, una composición que posee un maravilloso equilibrio entre efectos suspensivos y narrativos de la música.’

-Ettoregarzia.blogspot, November 2016

‘Cerró el concierto Cinco pensamientos para Patricia (2014), un quinteto con piano firmado por el poliédrico y polifacético artista José Luis Greco. Considerada por el propio compositor como una invención dedicada a una inexistente Patricia, la obra se desarrolla en cinco movimientos cuyos títulos aluden de manera directa al poder de la experiencia. Así, la original página de este español de Manhattan conforma un canto hedonista al placer sensitivo con ecos del rock de los años setenta en donde los juegos de color, las apariencias y la actitud ecléctica rigen la construcción de la sugerente propuesta.’

-Codalario.com, 2015

‘La jornada posterior tuvo como protagonista a la JONDE en el estreno de Forbidden Tonic, la personalísima, ecléctica y refrescante obra de José Luis Greco que provocó un despliegue formidable de la percusión. …y pasajes de elegante lirismo… ‘

-Revista Ritmo, noviembre 2012

‘La personalidad poliédrica de José Luis Greco le ha llevado a tratar el hecho musical desde diferentes ángulos y maneras muy distintas. No sólo ha frecuentado casi todos los espacios genéricos de la música, sino que la ha vivido en sus más variadas facetas, ya sea como intérprete de pop y jazz, bailarín con el New York City Ballet, actor en Broadway o productor e inventor de espectáculos multimedia de danza, teatro y música. Nacido en Nueva York en 1953 e hijo de los bailarines José Greco y Nila Amparo, vive en Madrid desde 1994, después de haber pasado más de una década en los Países Bajos. Por propia decisión, linaje y derecho, José Luis Greco es, no sólo un compositor español, sino un músico que nutre continuamente a su contemporaneidad de otras tradiciones y aprendizajes adquiridos lejos de nuestro ámbito sonoro.

Abundantes han sido sus trabajos para las más diversas combinaciones instrumentales, pero el caso que hoy nos ocupa es el cuarteto de cuerda, formación que aún sigue conservando toda su vigencia y a la que nuestro autor se ha acercado varias veces, desde que en 1978 escribiera Scherzo …

The Trouble with Happiness […] podría decirse que se trata de una continuación semántica del anterior cuarteto Trouble, que fue compuesto en 1991 para ser estrenado ese mismo año por el Cuarteto Mondriaan en el Concertgebouw de Ámsterdam. El conjunto holandés fue también el encargado de interpretar por primera vez The Trouble with Happiness, el 13 de mayo de 2010 en el Phillips Collection de Washington D.C. El propio autor nos indica que «en inglés la palabra ‘Trouble’ significa molestia, dificultad, pena, hallarse en un apuro, estar preñada (¡!) armar un lío, turbar, incomodar, importunar, pedir, rogar…», así que a partir de sus múltiples acepciones, nos podemos hacer una idea de la intención primitiva de la obra, nada convencional, ni en su lenguaje, ni en sus formulaciones. Sin embargo, si la comparamos con la anterior, observamos una estructura mucho más sólida que encauza un discurso vibrante y coherente dentro de su alternancia; es decir, no se trata de contar una experiencia bajo una escritura lineal, sino que, de una manera fragmentaria y cambiante, el compositor hila varios sucesos sonoros que posiblemente respondan a diferentes estados de turbulencia […] Son fracciones que aparecen y desaparecen claramente en la partitura y en la disertación de la obra, moldeando a su vez un congruente ensamblaje, bien sustentado por la fuerza de su dicción y el lirismo de ciertos planteamientos rítmicos. Combinaciones de dinámicas, persistentes cambios de compás y utilizaciones de motivos aparentemente contradictorios otorgan, por otra parte, una insólita vivacidad a la obra, donde el oyente no tiene más remedio que dejarse llevar por el encantamiento de un lenguaje que invita a soñar, reflexionar y danzar, como ocurre en los momentos en que aparece un vals sombrío (Shadow Waltz), que resuena bajo los elementos que intencionadamente parecen querer ocultar su ritmo. O en la melodía melancólica de la viola que, como otro fragmento perdido en la oscuridad, se balancea entre el recuerdo y la evocación. O en Catharsis, especie de movimiento interno, donde se funde el silencio con un súbito oleaje reproduciendo la mecánica de nuestro pensamiento que, de pronto, en el compás final, se interrumpe súbitamente, como queriendo avanzar más, quizás herido por todas las saetas que, en forma de glissandi, ha recibido durante su alborotado discurrir. Como dijo un crítico anónimo «Hemos tardado 19 años para que José Luis Greco nos aclarara a qué tipo de ‘trouble’ se refería. Claro está, acaso en ese momento, siendo joven y algo inmaduro, ni él mismo lo sabía. De todos modos, el compositor aún nos mantiene a ciegas en relación a lo que en realidad puede ser ese ‘trouble’. Tal vez tengamos que esperar a su tercer cuarteto…». Ese cuarteto ya ha sido escrito en 2009, meses después que The Trouble with Happiness, bajo el ambiguo título de …es que se acaba tan pronto. ‘

-Centro Virtual Cervantes, 7 junio 2011

‘… La de José Luis Greco es su segundo cuarteto tras Trouble – cuya sombra aparece por alguna esquina – y antes de …es que se acaba tan pronto y revela todos los rasgos de este compositor personalísimo, original, directo y libérrimo que conocemos por otras obras suyas. Hay guiños a sí mismo y a mundos que aparentan más o menos lejanos – ecos […] como los gustos más escondidos de un vino lleno de matices – y también una sonoridad rotunda, a cuarteto de cuerda a toda vela, fruto de un magisterio propio de la edad y la experiencia. A destacar especialmente la emoción de la mejor ley que destila el episodio intermedio, un tiempo lento de muchos quilates.’

-Revista Scherzo, marzo 2011

‘En primer lugar sonó, pues, la obra The Trouble with Happiness (El lío con la felicidad) […] en un lenguaje moderno, explotando la enorme riqueza sonora que se puede producir con los instrumentos que integran un cuarteto de cuerdas. Es sorprendente la riqueza de matices sonoros que Greco sabe extraer del conjunto, lo que hace que el discurso sea siempre interesante: a veces chocante, a veces tierno, a veces emotivo. Notable es la manera como se preparan los clímax de los diferentes episodios, usando recursos instrumentales de toda índole: trémolos en tesituras altas en contraste con notas sostenidas bajas del violoncello, o ritmos acentuados por pizzicati, o arpegios dando color a pasajes movidos. En fin, la riqueza de recursos sonoros es casi infinita y ello hace que el oyente siempre queda sorprendido por nuevas sensaciones.

Debido a esta enorme variedad, la partitura no es nada fácil de tocar, y requiere una larga y paciente preparación. El resultado fue óptimo: hubo un total dominio y entrega por parte del Cuarteto Bretón.

-mundoclasico.com, febrero 2011

‘La primera obra ya planteaba un modelo algo diferente a lo habitual en los conciertos de [Grupo] Enigma. ‘Off with its Head!’, de José Luis Greco, se plantea como un juego, casi un divertimento basado en un swing muy jazzístico y en juegos de color interesantes como el que protagonizan percusión y clave, extraño y atractivo matrimonio.’

-Heraldo de Aragón, 24 febrero 2011

‘PROFETA EN SU TIERRA’

-Revista Diverdi, septiembre 2010

‘Si por algo vale la pena comprar este compacto es por su última obra, Celosías, en la que se produce una madura fusión entre un lenguaje personal propio de nuestro tiempo y las melodías andalusíes de algunas de las Canciones populares antiguas armonizadas por Federico García Lorca, aquí cantadas con una gran fuerza emotiva por la mezzosoprano Magdalena Llamas. No en vano, José Luis Greco consigue llevar a buen puerto un experimento que no siempre queda bien, conduciendo musicalmente y articulando un conjunto heterogéneo de melodías y temáticas mediante un cuarteto de cuerda que en primer término introduce el canto de Anda jaleo y luego prepara las sucesivas transiciones hacia Las tres hojas, Las tres morillas de Jaén, la Nana de Sevilla, Los peregrinitos y El zorongo.
Resultan especialmente interesantes aquí los procesos de introducción y transición, en cuyas cimas sitúa siempre una suerte de esbozo del canto que va a aparecer en escena, destinado a que el oyente sepa lo que va a venir haciendo surgir el recuerdo desde los archivos mentales más internos. Celosías es en definitiva un homenaje a los padres de Greco, que recuerda vivencias desde su infancia y surge tras años de maduración de la idea, según se explica en las notas adjuntas, y por ello su valor principal reside en la materialización sonora de una vida, un bagaje personal y una forma de ser. Ello se traduce con efectividad en una experiencia que se traslada a quien escucha, interactuando con sus propias vivencias y sumergiéndole en una estética musical de ensueño, a veces casi onírica, donde todo transcurre sin altibajos y dejando morir los diferentes periodos formales de manera natural. Ayuda igualmente en la grabación la implicación de una mezzosoprano que […] llega a desgarrar su voz y llenar el sonido de aire en los momentos más desgarradores para hacer más creíble el mensaje verbal con la ayuda de un Mondriaan Quartet discretamente reforzador.
El mismo ambiente onírico de la música se traslada a Mudas, a pesar de que la escritura es diferente y la versatilidad del compositor se hace presente con una óptima adaptación a las circunstancias de tres poemas entre los que destaca el tratamiento del pasaje del niño que soñaba con un caballo de cartón, de Antonio Machado. Ayudado en la grabación además por ser el fragmento donde mejor vocaliza la mezzosoprano Elena Gragera, sin desdeñar su óptima preparación técnica, la música sumerge al oyente en el sueño del niño y en el momento en el que atrapa el caballo, y fluye lentamente a lo largo de la evolución del protagonista hasta la muerte y la armonización de la reflexión final: <<¿Tú eres sueño?, ¡quien sabe si despertó!>>
En ambos casos, en último término, se desarrollan dos perspectivas de una música que invita a la reflexión, fruto del mundo interior de José Luis Greco. Un mundo interior acorde, además, con el cuadro reproducido en la portada, donde una chica de espaldas contempla un mundo surreal y permite que el espectador entienda una forma de percibir el mundo y el paso del tiempo, acorde en todo extremo con la música del CD.’

-CD Compact Magazine, September 2010

‘José Luis Greco, ecléctico autor nacido en Nueva York en 1953, […] uno de los compositores más notables del panorama de la música culta de nuestro país. Hijo de bailarines españoles […] Greco vivió desde joven en un ambiente artístico cosmopolita y vanguardista que definiría su posterior evolución creativa. Músico de jazz y rock, bailarín y actor durante sus años de juventud, es a finales de la década de 1980 cuando José Luis Greco comienza a cosechar sus primeros éxitos profesionales como compositor y director al frente de la Cloud Chamber, una compañía de danza holandesa con sede en Ámsterdam y financiada por el Ministerio de Cultura holandés. Fue en esta ciudad donde escribió en 1991 Trouble, magistral cuarteto de cuerdas, de influencia schnittkiana, para conmemorar el décimo aniversario de la fundación de sus intérpretes, el Cuarteto Mondriaan. Las dos piezas que completan el contenido de este compacto muy bien defendido en lo interpretativo, Mudas(2001) y Celosías (2008), ambas para cuarteto de cuerdas y mezzosoprano, tienen sus raíces en suelo español de la mano de los textos de Lorca, Machado y Bécquer. Destaca ante este último, integrado en su totalidad por las canciones populares recogidas y armonizadas por García Lorca.’

-Revista Melómano, julio-agosto 2010

‘Ignoro si es porque se trata del primer concierto del CDMC en 2010, o por el interés que suscita el programa o la actuación del Octeto Ibérico de Violonchelos, o por la colaboración de la cantante Elena Gragera: el hecho es que nunca antes he visto tanta afluencia de público a un concierto de música contemporánea. […] los organizadores se vieron en la obligación de cerrar el acceso a unos 150/200 interesados […]’
‘Siguió Invisible, compuesta en 1994 por José Luis Greco (Nueva York 1953). Este compositor que vive y trabaja en Madrid desde hace muchos años subdivide su obra -que dura unos 18 minutos- en seis partes que describen sus emociones durante un viaje a Andalucía. Es música muy expresiva, que transmite fielmente la emoción, como en ese bonito solo de violoncello a cargo de Irina Comesaña. Básicamente, la música es tranquila, contemplativa, pero a veces queda subrayada por un ritmo obstinado, y las sonoridades que así se producen son mágicas. A pesar del lenguaje contemporáneo, Greco logra un clima lírico, y eso hace que la escucha sea de lo más placentero. La versión me pareció espléndida: esto sonó realmente muy bien. Aplausos prolongados premiaron la labor del conjunto instrumental, y al autor.’

-mundoclasico.com, enero 2010

‘Hijo de los bailarines José Greco y Nila Amparo, bailarín él también un tiempo, el oído de este compositor trae la danza incorporada de fábrica. Lo mismo le pasa a esta música, que incita constantemente, no sólo a la coreografía, como tantas otras, sino a la danza, que no es lo mismo. En este disco hay ritmos de todo tipo: latidos de corazón, carraspeos de motor de arranque, abstracciones contemporáneas y concreciones populares. Los sonidos son cálidos, cuando no melancólicos: el silbido de un bordón nuevecito de guitarra, la campanilla de las máquinas de escribir, las ondas capadas de la guitarra eléctrica, jingle bells… Pero su ruidismo no es ortodoxo y su electrónica está contaminada de placer pop. Greco es un compositor refinado y hedonista. No extraña que a un gusto así de goloso se le atraganten los puñados de arena seca que la modernidad musical prescribe a veces …’

El Cultural.es, abril 2009

‘MÚSICA LLENA DE COLOR E INTENSIDAD DEL COMPOSITOR MADRILEÑO DE MANHATTAN

Despojando la música tonal de toda superficialidad, la música de José Luis Greco amplía y explota de forma brillante las posibilidades instrumentales en una bruma impresionista debussista de contornos precisos obsesionada por un potente flujo de sonido y textura que se ilumina esporádicamente por melodías líricas. Nacido y formado en Manhattan, Greco vive en Madrid desde 1994 y ha gozado de una carrera profesional muy activa.

En Nila (nombre de su madre, la bailarina Nila Amparo, e inspirada por un viaje que hizo a Danbury, Connecticut, en el otoño de 1997), el violonchelo y el piano conspiran para crear implacables y sorprendentes equivalentes de cosas como doble cuerdas y cascadas espirales. Aunque la música tiene un aspecto episódico, las secciones se encadenan de una forma tan orgánica que los cambios de velocidad parecen necesarios, no arbitrarios.

Southern Comfort proporciona a la viola un medio extremadamente potente, sobrio tanto en luz como en sombra, su ímpetu interrumpido por un pausado crescendo de un poder intenso y aterrador. Wonderland estira el trío de cuerda hasta el límite, combinando contrastes espectrales, texturas ásperas y un plena lirismo romántico que lleva a una conclusión enojosamente ambiguo. El trío ruso basado en Madrid y la pianista Ilona Timchenko están tan metidos en la música que parece como si se hubiera compuesto pensando en ellos. Su planteamiento da a cada compás cuerpo y mesura y crea un potente flujo que se adentra profundamente en la música. En sus varias agrupaciones, los cuatro músicos se deleitan explorando la enorme variedad de intensidades que la música de Greco implica. En las tres obras con piano, Timchenko saca un bello sonido del instrumento.

[…] La grabación excelente, realizado en Madrid, tiene una marcada pátina mediterránea reminiscente de la grabaciones análogas de lo años 50, asegurando que los músicos soberbios puedan exponer, lo más elocuentemente posible, las creaciones fascinantes de Greco.’

-Gramophone Magazine, enero 2009

‘José Luis Greco (1953) es un neoyorquino en Madrid que trabaja con un grupo camerístico ruso, también en Madrid, llamado Fatum String Trio. Su música es altamente evocadora de todo tipo de personajes y paisajes, desde García Lorca a Danbury, Connecticut. Tiene un oído sensible a la sonoridad y el equilibrio, pero la melodía y la harmonía forman parte de su lenguaje también.
Dark Love es una suite para violín y piano; y también tenemos sonatas para viola y violonchelo, y un trío de cuerda, todas ellas en un variopinto movimiento. El compositor da nombres a todas las obras, pero parecer reacio a explicarlos – más bien dejando nuestra imaginación lo más libre posible, o eso intuyo. Con música tan expresiva y colorida como esta, eso es ideal. Hay un poco de todos los estilos aquí, desde Bach al jazz, pero logra unificar su obra a tal punto que lo tenemos delante es una considerable aventura. Los músicos, es evidente, se regocijan en la interpretación de esta música. Más les vale; tienen mucho que tocar y numerosas son las dificultades técnicas con que se enfrentan. […]’

-American Record Review, enero 2009

Queen of Hearts… nos lleva al mundo de Alicia en el país de las maravillas. Toda la pieza respira juventud y alegría, hasta en los pasajes más líricos, y si bien no recurre a ningún uso esotérico de los instrumentos que emplea, Greco logra una instrumentación llena de colores. … Si bien se trata de una sola pieza, para mi hubo tres secciones de carácter diferente, la primera caprichosa, la segunda tranquila y la tercera influida en cierta manera por el blues que conduce, después de una elaboración muy sutil, hacia un fugato final y a una coda resultona de despedida. La interpretación me pareció excelente. Todos los músicos que intervienen tienen sus momentos de lucimiento, y lo hicieron con excelente sonido y calidad. … Esta obra gustó mucho, y hubo aplausos prolongados…’

-Mundoclásico.com, enero 2009

‘El país de las maravillas alrededor del compositor

Aynor, ángel mío, desabróchese ligeramente la camisa,
para que pueda ver sus hombros desnudos,
luego pase tiernamente su brazo alrededor del cuello de Ethel…
Así, ¡perfecto!

(G)Aynor Simpson. Correspondencia imaginaria con el reverendo Dod(g)son

José Luis Greco vive en el arco iris o en un Wonderland, algún País de las Maravillas o País de Nunca-Jamás… Acaso muchos son los compositores que viven allá, pero José Luis Greco ha dibujado el mapa de esos países imaginados, ha analizado su arco iris, lo ha incluso desmontado y remontado… y sigue creyendo en él… Ambas operaciones de análisis y (re)composición se efectúan con la máxima precisión de los sueños, de los sonámbulos, con esa precisión raveliana, maníaca, del Niño y los sortilegios o del Jardín encantado de la Bella y la Bestia, esa precisión aritmética de Lewis Caroll enviando dos besos tres cuartos para compartir equitativamente entre Gaynor y Amy… operaciones complicadas que permiten al compositor de Wonderland mezclar o equilibrar en la indolente amistad de la noche los tonos y los estados de ánimo lúgubres y dolientes, vagos e inquietantes, turbios y radiantes… Me acerqué para murmurarte un “hasta luego” al oído… pero olvidé dónde estaba exactamente tu oreja y la busqué cerca de tu nuca… escribe Lewis Caroll en una carta no imaginaria (Ah sí, ¿y la felicidad? … la felicidad estará acechando, como siempre, a la hora en la que los lecheros traían un poco de alba en sus bidones, o son acaso los sueños los que distribuyen la gracia del deseo colmado)’

… y ella te dice que ama esa palidez: “en nuestro país, los hombres suelen ser blancos, hemos guardado el sol en nosotras..”.
Cuento popular de Moorea

Una misma tonalidad, desde sus primeras obras, marca toda la creación poética del compositor; siguiendo todas las fronteras sin alienarse, una misma modulación, parece llevar su obra desde el primer hasta el último compás de su canto; una armonía, una cadencia, un fragmento de una melodía de una obra de hoy, de ayer o de anteayer, bastan para establecer un contacto y el compositor parece querer confundirse con los recuerdos errantes que le entregan el pasado de algún músico desconocido. Fuera de toda escuela, de toda secta, el compositor sabe o intuye que el centro de gravedad de las tradiciones y el de las vanguardias se desplaza sin cesar, como el centro de las ciudades y de los placeres. La cabeza del compositor está llena de ciencia, su corazón lleno de extravagancia, y baila en zapatillas de shantung, desnudo, entre sus espejos, al compás de las llaves de sus maletas y de las orquestas sobre las orillas de todos los ríos… ¿de qué bella antillana, de qué suntuosa hija de Zambia se acuerda está tarde?

… primero, la gran melodía, a la que cooperan cosas y perfumes, sensaciones y pasados, crepúsculos y nostalgias; luego, las voces singulares, que completan y coronan la plenitud de ese coro.
Rainer Maria Rilke. Notas sobre la melodía de las cosas

Un confort sureño, una dolce vita (una dolce vita que no es sino una suerte de nostalgia perversa de una mala vida) que retoza en su pasado, en su música, en su alegría… Southern Comfort es la claridad hecha dulzura de una tarde inconsolable, cuando la infancia irrecusable parece llenar todavía el corazón adulto. El decorado (la veranda con el rocking chair, la sombra de la higuera en verano, o lo que usted quiera evocar…) permanece más o menos intacto, y subsiste el aura de una dicha que nada pudo borrar… Y sin embargo el tiempo en el que las muchachas bailaban en el Belvedere (o lo que usted quiera recordar…) se ha escapado. Algunas fotografías antiguas, algo desgastadas, provocan una sensación similar. Puede que la música de este compositor apátrida o bipátrida no sea contemporánea, sino un libro que él abrió siendo niño, un libro que vuelve a escribir y que lee, extrañado, como lo haría con una historia otra; gira las páginas como su madre le acariciaba su cabeza… y surgen o resurgen los ayeres perdidos, los de la edad de oro de los brazos tendidos, de la bella sonrisa indeleble… en frente de casa, los campos como el mar, el olor ronco de los árboles, un viento agita las campanillas del porche (seis notas) como el compositor en ciernes lo hacía con su sonajero (eran las mismas seis notas) tras el aguacero oyendo las voces claras de Nila y de su hija jugando en la hierba azul de lluvia… todo eso boga sobre la languidez de esa tarde, los que le aman están aquí…

Y quién sabe si no fue para esa misma Nila que el poeta sopló, desde lejos la maravillosa frase: … darte todas las estrellas del cielo en un beso sobre los ojos, todos los besos de la tierra en una estrella sobre la boca. ‘

-Revista Scherzo, noviembre 2008

‘La obra de Greco [Manhattan in the Mist] me pareció soberbia sin necesidad de explicación alguna dada la comprensión de su factura, penetrante, pictórica, ejemplarmente sentimental …’

-El Punto de las Artes, Madrid, 5 noviembre 2007

‘Con una sonoridad deslumbrante

Manhattan in the Mist de José Luis Greco exhibe… gran capacidad compositiva y tiznes de enorme expresividad que no dejan impasible al oyente. … con una viola acertadísima en todo su evolución melódica …’

-Información, Alicante, 29 septiembre 2007

‘Las composiciones de Greco, una obra para violonchelo solo [Symbolica], seis Esencias para violín y piano [Dark Love] y la obra principal de la velada, 3 Recipes for a Prodigal Life para violín, violonchelo y piano, mantuvo el público bajo su hechizo.’

-Trierischer Volksfreund, Ausgabe Konz, 14 septiembre 2007

‘… Pero el desafío principal para los tres músicos del Summer Academy fue la interpretación de las obras contemporáneas de Greco quien estuvo presente, venido a Konz desde Madrid. Hijo de artistas del baile español, es reconocido mundialmente por sus múltiples talentos. La simbiosis de diferentes formes de arte no le es ajeno habiendo actuado, por ejemplo, en Documenta 8 con una compañía holandesa de danza-teatro que él mismo cofundó. Su música está repleta de emociones, a veces vivaz, a veces melancólica. Sin embargo, el público no lo tiene fácil. Sonoridades atonales suelen envolver los pasajes más líricas. La composición más joven, 3 Recipes for a Prodigal Life, se incluirá en una gira mundial después de su estreno aquí en el Mosel.’

-Saarbrücker Zeitung, 10 septiembre 2007

‘… A continuación sonó Wonderland, de José Luis Greco, el compositor americano que reside en Madrid desde hace muchos años. Tres secciones -Allegro / Andante / Moderato- desfilan sin solución de continuidad. Greco utiliza todos los medios “normales” de los instrumentos de cuerda – armónicos, pizzicato, sul ponticello, trémolos, glissandi, etc. sin tener que recurrir a soluciones más revolucionarias, por la sencilla razón que su música tiene mucho que decir y expresar. Utiliza clusters sonoros para crear un clima de expectativa, que se resuelve con un pasaje lírico. No teme usar una secuencia totalmente tonal, como contraste a otra atonal. Juega eficazmente con las emociones, y giros inesperados, para llevarnos de la mano a Wonderland, al país de las maravillas de Alicia. Su música es, desde luego, contemporánea, pero sin tener que insistir machaconamente que lo sea, lo que se agradece. Wonderland nos trae música con fuerte carga emotiva pero siempre dentro de una estética sobria y medida. El Trío Fatum llevó esta obra, junto con otras [también de Greco], recientemente a Nueva York, donde tuvieron muy buena acogida. Efectivamente, su versión es excepcionalmente buena y se les escucha con enorme interés. …’

-mundoclasico.com, junio 2007

‘El compositor neoyorquino de origen español José Luis Greco, sus padres fueron los bailarines Nila Amparo y José Greco, es uno de esos autores sin manías ni estereotipos. Simplemente escribe música por la necesidad imperiosa de los artistas por comunicarse y además la escribe con la absoluta libertad de quien está de vuelta de todo. ¿Cuál es el estilo de las obras de Greco? ‘Pues depende de la obra al que nos refiramos. Así es, en sus manos la escritura musical se convierte en un ejercicio de artesanía y eficacia. Eficacia en conseguir los objetivos presupuestados. De este modo la innegable atmósfera neoimpresionista del movimiento de Triptych titulado Perfume (neoimpresionismo del que participan tantos artistas actuales a los que se les tacha sin demasiado acierto como neorrománticos) se mezcla con la fuerza expresionista de Ardor (otro de los movimientos de la obra), mientras que la evocación del paraíso perdido de Pastel se torna juego humorístico en I’m Superman! En todas las obras se ha pasado la doble prueba definitiva del triunfo: la de agradar al público y la de demostrar el dominio de la técnica. Ambos factores hacen que las obras de Greco se escuchen con placer, en ocasiones con sorpresa, siempre con atención. Son muchos los trabajos que Greco ha dedicado al ballet, no podía ser de otro modo viniendo de donde viene, y a mí se me antoja que su talento en este campo posee algo del brillo orquestal y del talento de Delibes. Sus músicas no se parecen en nada, de acuerdo, pero los dos son compositores dueños de una técnica impecable, imaginación creadora y exquisita resolución adaptada al ballet. De este compacto que tanto me ha gustado me sobran las palabras no diré aduladoras, pero sí excesivamente laudatorias que alguien ha escrito en la carátula. ¿Qué demonios nos importa que haya recibido encargos de prestigiosas orquestas y que algunos hayan considerado sus obras como maestras? Sobran porque la música habla por sí sola y la misma sensación de belleza nos la hubiese producido la mera escucha de las partituras. Cuando hace falta acudir a la tonalidad, se acude. Cuando debe escribirse atonalmente, se escribe. Cuando la especulación y los nuevos parámetros deben pasar a un primer plano, se pasan. Esta es la filosofía de José Luis Greco. Una filosofía abierta y hedonista. El mundo del comic, de los cuentos, también tienen un papel en su trabajo. Un rol que enlaza sin solución de continuidad el romanticismo y el simbolismo con la estética pop. A Superman y a Alicia en el país de las maravillas, con el mundo de Hollywood y de la psicodelia.

Una vez más la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria ha estado a la altura. Adrian Leaper ha sabido dotar a su lectura de la delicadeza y la fuerza, según el momento, que requieren estas obras. Destacamos también la intervención de la violinista Mariana Todorova en Ardor.’

-revista CD Compact, febrero 2004 – CD recomendado
(crítica del CD
en ASV)

‘LIBERTAD PARA LA MÚSICA

José Luis Greco … probablemente hizo mil cosas más que aquí no caben. Su última obra estrenada en España, que uno sepa, fue Symbolica para violonchelo solo, en la última edición de la Semana de Música Religiosa de Cuenca y a cargo de Pieter Wispelwey, que no es mal valedor. Con semejante currículo, en efecto, José Luis Greco derrama libertad por los cuatro costados, parece hacer lo que le da la real gana con un absoluto desparpajo y sin trampas. Música civil, diríamos, para que se escuche, para que se goce sin cuidado. Pero ojo, que nos han educado en la admisión de la norma, aunque sea la revolucionaria, y desde ese lado también la libertad molesta. Libre, digo, como Arnold, o Killmayer, como Kagel o Turnage, nada constreñido por la reglas y sí abierto a los dos polo necesarios: la tradición y el presente, pues me da la sensación de que esta música piensa poco en el futuro -quiero decir en la posteridad, son cuatro días lo que vamos a vivir y no se repiten-, lo da por supuesto y ya saldrá el sol por donde quiera.

Este disco es una magnífica muestra de la música de José Luis Greco, de oficio por arrobas y de inspiración de la mejor ley. Se abre con una obra ambiciosa, Triptych (1997-2001), estructurada en tres partes: Perfume, Ardor y Forbidden Tonic. La primera es lo que su nombre indica, una suma de sensaciones, de olores y casi sabores que parten del Ravel de Dafnis y el Debussy de Iberia para, a partir de esa evocación, dejarse llevar por una especie de composición al aire libre, llena de luz y de cielo. Ardor es, en realidad, un formidable concierto para violín y orquesta -con Mariana Todorova como espléndida solista- en el que la percusión -cuyo uso es una de las especialidades de la casa- nos lleva a una suerte de taconeo estilizado que introduce otro elemento heterodoxo en esta amalgama de complementarios y contrarios perfectamente ligados que es la música de Greco. Forbidden Tonic es un juego delicioso, con su puntito de guiño formal y su homenaje explícito, límpido y claro a Edgar Varèse. Pastel (1996) es obra jocunda y directa en su inicio, evocadora luego en una introspección nada dramática sino tranquila, expectante sin agobios. Y claro, su poquito de homenaje -aquí se le ve el plumero un poquito a don Joaquín Turina. En I’m Superman! (1994) todo se reúne en una composición cerrada, plena, sin fisuras. Sensacional la irónica disección de la Marcha fúnebre de la Sonata nº 2 de Chopin, la cita del Don Giovanni mozartiano -por supuesto, el Comendador-, el recuerdo de Prokofiev, de lo castizo, de la orquesta de salón y hasta de un Sousa pasado por Broadway. Y sin parecerse a nadie. Las versiones de la Filarmónica de Gran Canaria dirigida por Adrian Leaper hacen plena justicia a esta música fresca como pocas pero que necesita una orquesta poderosa. En fin, hay que hacer algo con compositores como José Luis Greco. Deben escucharse en los programas de nuestras orquestas -entre otras cosas porque gustarán a sus oyentes- y no solo el día del estreno, y que quien corresponda se ocupe de que se oigan fuera, de que la buena salud de la música española traspase fronteras, de que al fin dejemos de ser poco menos que nadie. Y un aplauso también para ASV: ha tardado lo suyo pero, al fin, lo discos de música española traen sus notas -esta vez a cargo de Pedro Elías, que sitúa muy bien la obra de Greco- en perfecto castellano. En fin, no se lo pierdan.’

-revista Scherzo, diciembre 2003, Disco Excepcional del Mes
(crítica del CD en ASV)

‘La voz singular de José Luis Greco

El solo surge de las brumas al comienzo de este concierto. … El disco es una buena muestra de la voz distintiva de este compositor… No ha de sorprender que su música haya asimilado tantas influencias, pero permanece esencialmente ‘clásica’, y las influencias rítmicas abarcan desde la danza ibérica y el jazz al ballet clásico. Además, demuestra un oído mediterráneo en cuanto al colorido orquestal.

Ese colorido predomina en las nocturnas fragancias ibéricas de Perfume, el primer movimiento del Tríptico, y proporciona un telón de fondo reluciente en la segunda, Ardor, en la que la solista de violín (la excelente Mariana Todorova), asume un papel fantasioso y casi concertante. Citando Pedro Mamou (el autor de las notas del librito), ella sobrevuela a unos percusionistas entregados, se diría, a una suerte de jubiloso taconeo en un mar de lukum.

Compuesta especialmente para este disco, Forbidden Tonic cierra el tríptico, y trae consigo pulsaciones rítmicas vehementes, ensordecedoras, con sus efectos de percusión (que incluyen extraños glissandi, un silbato y maquina de viento), sin embargo, un evocativo pasaje central recuerda el exótico aroma de Perfume.
‘Aunque la orquestación de Pastel sea igualmente innovadora, su atractivo es más directo: una idea apacible se va cargando de tensión en la cuerda, pasa de forma fragmentada a la madera, y culmina en un triunfante apoteosis orquestal. La última obra, la melodiosa I’m Superman!, es descaradamente populista, llena de sorpresas ingeniosas (recuerda la música ligera y sardónica de Shostakovich), e incluye una parodia de una marcha fúnebre famosa. En esencia un ciclo de variaciones en miniatura, la obra quedaría espléndida como colofón de concierto.

Las interpretaciones ponen de manifiesto el excelente nivel de la Orquesta Filarmónica de Gran Canaria, cuyos músicos tocan con complicidad y entusiasmo bajo la batuta de Adrian Leaper. Además, una buena grabación.’

-revista Gramophone, octubre 2003, Elección del Editor
(crítica del CD en
ASV)

‘… lecturas apasionantes que evocan las múltiples atmósferas de cada obra [Perfume, Ardor, Forbidden Tonic, Pastel, I’m Superman!] con finísima precisión. Una fascinante colección ecléctica …’

-revista International Record Review, octubre 2003
(crítica del CD en ASV)

‘José Luis Greco es un portento de versatilidad: actor, bailarín, compositor capaz de cultivar los más diversos géneros (de la música de danza a la ópera, de los cuentos para niños a las formas abstractas). Su orquesta es de una brillantez y precisión que deben mucho a su formación norteamericana. Su eclecticismo, su habilidad para el collage, sus dotes a la hora de recrear cualquier tipo de música, son su gran virtud y quizá también su peligro. En todo caso, tiene vitalidad, sinceridad y falta de pedantería, como en la divertidísima I’m Superman!

-Blanco y Negro Cultural, octubre 2003
(crítica del CD en ASV)

‘Elegido “Editor’s Choice” en la revista Gramophone (09/03), este CD contiene fascinantes y singularísimas obras sinfónicas de José Luis Greco – hijo de famoso bailarín, José Greco – todas primicia mundial … Tanto las versiones como la grabación son de primera, haciendo de este un lanzamiento muy original. ¡Sibaritas tomar nota!’

-Tower Wahington DC, noviembre 2003
(crítica del CD en A
SV)

‘En Vanishing Time de José Luis Greco, … el clave, brillante y audaz, entabló un vigoroso diálogo con la cuerda. …la obra está llena de vitalidad y melodías seductoras…’

-The New York Times, junio 2003

‘La obra de Greco, titulada Symbolica, es una composición sincera, pasional, de inspiración (seguro que inconsciente) bachiana, más interesada en comunicar que en alardes virtuosísticos, con el atractivo de la sencillez (que no facilidad) y la expresión emocional.’

-revista Scherzo, junio 2003

‘Este magnífico autor compone música viva que conmueve al público. Symbolica avanza de aliento en aliento y, más que tocarla, el intérprete debe respirarla desde el oscuro acorde de do menor del principio hasta el do mayor del final.’

-La Razón, abril 2003

‘Excelente la Sala Millares de la Fundación Antonio Pérez (Antiguo Convento de las Carmelitas) para esta clase de conciertos: el de violonchelo solo del gran instrumentista holandés Pieter Wispelwey, artista comunicador y completísimo en todos los aspectos[…] Él estrenó la obra-encargo que nunca ha faltado en las “Semana” conquenses: Symbolica, de José Luis Greco. En sus doce minutos de duración, pasaremos del recuerdo bachiano y la frecuente utilización del glissando, a momentos apasionados muy bien dispuestos sobre el diestro tratar del chelo, dentro de un vastísimo campo de la intensidad, ya sobre un germen de cinco notas, breves cantabile, desarrollo en forma de estudio, sin olvidar el transcurrir de la obra sobre el mejor virtuosismo…, respirando en algún modo hacia el fuerte atractivo de la polaridad tonal.’

-ABC, abril 2003

‘Estreno de José Luis Greco
… Dentro de ese programa, figuraba un estreno absoluto de un compositor nuestro. Se trataba de la obra Mudas, para mezzosoprano [Elena Gragera] y cuarteto de cuerda [Cuarteto Mondriaan], escrito por el polifacético José Luis Greco sobre sendos poemas de Gustavo Adolfo Bécquer, Antonio Machado y Federico García Lorca. Con el título Mudas, el autor ha querido precisamente subrayar el tránsito, dentro de una página en la que las tres secciones se ofrecen sin solución de continuidad, entre las tres distintas idiosincrasias versificadoras. Sucede, sin embargo, que las grandes vecindades paraoníricas del sustrato temático de los fragmentos musicados – el segundo de las “Rimas” becquerianas, el primero de las “Parábolas” de Machado y el “Paisaje” lorquiano -, han determinado que el clima sonoro/expresivo pensado y articulado por Greco para voz e instrumentos con muy honda sensibilidad y sin ninguna pretensión intelectualizante, respiren homogeneidad expresiva permanente.’

-ABC, abril 2002

‘Si ya son altamente encomiables por su finalidad todos los conciertos de este ciclo, mucho más lo son todavía cuando las correspondientes convocatorias se aprovechan para estrenar con carácter absoluto alguna página de autor nuestro. Como lo es de arriba abajo, pese a su nacimiento allende los mares, José Luis Greco, que fue quien con la primera audición de su Dark Love – seis esencias para violín y piano, cualificó aún más una sesión ya de entrada de atractivo máximo con el simple anuncio de la concertino de la propia sinfónica de RTVE, Mariana Todorova, acompañada por la pianista ateniense Irini Gaitani, dedicatarias precisamente de la primicia de que se responsabilizaba. … En cuanto al creador, también cubrió ampliamente las susodichas expectativas. José Luis Greco, sin pretensiones transcendentes pero con pulso firme, logra un muy bien articulado encadenamiento – con trato idénticamente cuidado de ambos instrumentos -, en el que entremezcla, en sutil contrastación y con lenguaje nada complicado ni en lo horizontal ni en lo vertical, secciones – “esencias” – delicadamente elegíacas, así comienza con otras de brillantez casi airada, como termina.’

-ABC, diciembre 2001

‘Me referiré primeramente al estreno de la obra de José Luis Greco, … cuyo nombre ha sonado últimamente con cierta frecuencia … La obra se llama Dark Love (Amor oscuro) y consta de 6 trozos, cada uno de apenas 3 minutos de duración, respondiendo a tres secuencias de Lento/Rápido, respectivamente, pero de diferente ambientación. El autor no quiso revelar los estados de ánimo o sentimientos que reflejan sus piezas, y por lo tanto trataré de relatar lo que yo sentí: La primera pieza, … todo muy quieto … La segunda, … buscando colores variopintos a través del virtuosismo violinístico. La tercera, una búsqueda, que comienza en la opacidad de armónicos apagados, va hacia la luz en un lento crescendo, para nuevamente encerrarse en tinieblas. La cuarta, un vuelo, a través de episodios de variolage alternando con otras acrobacias muy sueltas. La quinta, … que comienza en estilo clásico (me recordó el movimiento central del Concierto de piano de Ravel), pero que va evolucionando hacia un lenguaje cada vez más atrevido hasta apagarse en la nada. Y el sexto, … que empieza con destellos violentos, para desembocar en un momento de calma, de lirismo suave, pero que para termina fulminantemente la obra, termina con una coda brillante y audaz.’

-mundoclasico.com, diciembre 2001

‘… el concierto para violín, Ardor, del compositor José Luis Greco … demostró su buen oficio y capacidad expresiva. El gran éxito obtenido ante el público …’

-Canarias7, noviembre 2000

‘Greco vuelve a mostrarse (Perfume) como músico de acabado oficio. La orquesta “le suena” no solo muy bien, sino dando la inequívoca sensación de que el compositor ha ejercido control sobre todos y cada uno de los nudos de ese tejido sonoro. Su inspiración es marcadamente sensorial: la música de José Luis Greco tiene movimiento como de capas, o de colores, o de “perfumes” … es “plástica” y sugerente.’

-ABC, febrero 1998

‘… el nuevo título (Perfume) … es demostrativo del gran dominio técnico que el autor posee en punto a lograr de la voz orquestal sonoridad rica, sabiamente coloreada …’

-Scherzo, abril 1998

‘Greco … es un músico con oficio sólido y con ideas. Trouble … tiene la frescura de lo original. El cuarteto está tratado con idoneidad y la obra camina con buen pulso hacia un final de admirable tensión sonora y expresiva …’

-ABC, noviembre 1997

Trouble es una obra … compleja, descriptiva, agresiva, con momentos acertadísimos y afortunados efectos que hacen que su audición sea una fantástica experiencia.’

-El Norte De Castilla, noviembre 1997

‘El mayor aliciente del concierto de este año residía en el estreno absoluto de una pieza de José Luis Greco (¡Soy Superman!), compositor multifacético de sólidos pasos tanto en el terreno de la creación pura como en el de las músicas aplicadas, sea el ballet – terreno en el que cosecha éxitos recientes – sea a este género ensayando del “cuento con música”. Greco presentó la obra a su director y dirigentes de la Orquesta de RTVE y estos la programaron pronto, seguros del éxito que, en efecto, estaba llamada a alcanzar.’

-ABC, enero 1996

Invisible … el todo sumamente atractivo, lleno de contrastes y con cabida para un lirismo de la mejor ley.’

-ABC, abril 1996 

‘La verdad es que nos acercamos al Teatro de la Maestranza…sin intención alguna de escribir una línea … pero no hemos podido evitar dejar constancia del trabajo de José Luis Greco al poner música a Movimiento Perpetuo … La música de Greco … mantuvo nuestra atención constantemente, primero por lo ecléctico de su carácter – sabiamente variada – y también por la fuerza y sensibilidad que demostraba en cada momento … No sabemos cuanto conoce Greco el flamenco … la impresión que daba era de dominar los palos perfectamente, encajando como un guante en la coreografía de Granero, pero con una perspectiva muy amplia … nos produjo una atracción irresistible.’

-El Correo De Andalucía, noviembre 1995

‘LA MÚSICA, FABULOSA (Mujeres) Especial reseña merecen la música y el vestuario. La primera, a cargo de José Luis Greco, es sencillamente perfecta …’

-ABC, mayo 1996

AMOR Y ALQUIMIA DESDE LA ALHAMBRA (Cuentos de la Alhambra) … con música deslumbrante … crea la ilusión que hay más que violencia y sexo suspendido en la atmósfera … Pura alquimia.’

-Haarlems Dagblad, febrero 1996

… la música imprevisible de José Luis Greco (Azul) …’

-Haagse Courant, diciembre 1995

‘Lo más extraordinario de Azul es la música de José Luis Greco …’

-NRC Handelsblad, diciembre 1995

‘… la música enigmática e imprevisible de José Luis Greco (Azul) …’

-De Telegraaf, diciembre 1995

‘… mucho más inclinado hacia lo emocional y a la obtención de una serie de climas expresivos distintos, que muestra José Luis Greco en Invisible, que más que tampoco descuide, ni mucho menos, el costado relativo al aprovechamiento técnico-instrumental del singular conjunto.’

Scherzo, abril 1995

‘La excitante música es de José Luis Greco (Line Up).’

-prensa Seville Expo 92

‘… Greco evoca un Jazz delicioso (Line Up) …’

Trouw, enero 1992

‘… la atractiva composición musical es de José Luis Greco (Line Up) …’

-Het Financieele Dagblad, febrero 1992

‘… emocionante música de José Luis Greco (Line Up) …’

-De Telegraaf, febrero 1992

‘Greco desarrolla la idea del título Breathless según la letra…tanto los músicos como el público debe entregarse totalmente.’

-Trouw, noviembre 1990

‘Durante años he sido admirador del compositor José Luis Greco … pero su música para Mise-en-Cadre supera mis expectativas más audaces; escuche usted mismo.’

-Leeuwarder Courant, octubre 1989

‘… el poder e intensidad de las composiciones musicales de José Luis Greco, el “Orfeo” de la compañía (Private and Public Acts Trilogy).’

-NRC Handelsblad, enero 1989

‘… la música de José Luis Greco … es como siempre, de primera clase (Mise-en-Cadre).’

-de Volkskrant, septiembre, 1988

‘… sobre todo, las magníficas composiciones de José Luis Greco son muy impactantes (Mise-en-Cadre).’

-Leidse Dagblad, septiembre 1988

‘José Luis Greco … un maestro de la creación de atmósferas, eclécticas y enigmáticas (Mise-en-Cadre).’

-Haagse Post, septiembre 1988

‘… las composiciones musicales de José Luis Greco a veces tienen el carácter de la banda sonora de un verdadero thriller (Circumstantial Evidence).’

-de Volkskrant, noviembre 1986

‘Su ambientación sonora, que desde un principio juega un papel esencial en el movimiento, es verdaderamente fenomenal (Rapid Eye Movement).’

-Nieuwsblad van het Noorden, junio 1985

‘La contribución musical es una parte esencial en la obra (Rapid Eye Movement).’

-Utrechts Nieuwsblad, marzo 1985